Negro, azul y acero definen el espacio de este nuevo local en Barcelona, obra del interiorista Frederic Perers.
En principio, la lavandería Wosh está concebida para que el cliente no tenga ni que pisarla. Funciona como una App y cuenta con servicio de recogida y entrega a domicilio. Sin embargo, su nuevo establecimiento insignia en Barcelona, en la calle Pau Claris, se ha diseñado con una estética muy marcada, que la hace fácilmente identificable. El artífice del proyecto ha sido el estudio del interiorista Frederic Perers, que buscó una imagen muy tecnológica que refuerza el espíritu de una lavandería 2.0.
En el centro del establecimiento se ha situado la zona de trabajo, concebida como un laboratorio abierto y monocolor. Paredes, techo y mobiliario se han resuelto en aluminio. El gris oscuro de la zona de entrada lo rompe el azul corporativo del panel retroiluminado, este azul está presente en toda la gráfica y en elementos como los carros de reparto o las bolsas de recogida de ropa. En otra pared, de ladrillo visto, se ha realizado un mural tipográfico blanco. El casillero de los pedidos y la estantería del almacén, tratados con madera clara, dan el contrapunto cálido al espacio. Uno de los aspectos más cuidados del proyecto ha sido la iluminación, para reforzar esa imagen tecnológica y vanguardista del local. El interiorista eligió luminarias de la firma Simon, como el modelo Slim en negro, suspendido sobre el mostrador, y los mini downlights empotrados Cool, de Fluvia.
