La cocina se ha convertido en mucho más que la preparación de alimentos. Es inevitable que todos se reúnan en este espacio en algún momento del día, por lo que es importante que la iluminación esté orientada tanto a las tareas como a la atmósfera y sea amigable.
Evite cualquier artefacto demasiado brillante. Además, todos los dispositivos deben ser regulables para que la luz se pueda ajustar para satisfacer las necesidades específicas. Y como tantas cocinas están ubicadas directamente en una gran sala, es bueno poder bajar los niveles de iluminación una vez que se termina la preparación de la comida.
Lo mejor es trabajar con tres niveles de luz en una cocina: luces empotradas, iluminación de tira debajo del gabinete e iluminación colgante (o colgante). Los halógenos MR16 o las lámparas LED se utilizan en los accesorios empotrados: los LED para las luces de tira y las incandescentes para los colgantes. En cuanto a la temperatura del color del foco, por lo general se opta por tonos cálidos y dorados.
Para la iluminación de tareas en los mostradores, a menudo se utilizan luces LED, como el Ledra Orion Sabre de Bruck Lighting, ya que estas luces permanecen más frías que las incandescentes.
