Los espacios intervenidos se encuentran en un inmueble ubicado en la urbanización Rinconada del Lago en el distrito de La Molina, de una extensión de 1200 m2 y que es la vivienda de una joven familia conformada por una pareja y sus dos pequeños hijos.
Además de la necesidad de emplear colores sobrios, los principales requerimientos de los clientes consistían en que, para cada espacio, se deberían crear personalidades propias y mejorar la iluminación, todo ello ofreciendo sensación de amplitud.
Como primer paso, el arquitecto partió por redistribuir los espacios, puesto que -por ejemplo- la sala y comedor yacían en un solo ambiente. En el marco de esa idea, se abrió a una habitación previamente sin uso hacia el corredor principal, convirtiéndola en una sala familiar.
Es necesario destacar que los ambientes desarrollados en la vivienda han sido el resultado de diversas ideas, en conjunto con los deseos de los clientes y el arquitecto, logrando obtener espacios con personalidades propias y eclécticas. A pesar de la diversidad de estilos, las tonalidades y texturas comunes han permitido generar la armonía estética necesaria para poner en valor las zonas intervenidas.
El estilo ecléctico de los ambientes se refleja en la diversidad de mobiliario empleado, desde butacas de estilo nórdico, sofás de líneas rectas y sillas clásicas, hasta alfombras persas y tapices modernos. Objetos decorativos tales como antigüedades religiosas aportan el sello distintivo del trabajo finalizado.
Fotografía: Gustavo Gómez
