Un proyecto que no impone, sino que dialoga. Así podría resumirse esta propuesta liderada por Altuna Arquitectos, donde el interiorismo no solo complementa a la arquitectura original, sino que la interpreta con sensibilidad y respeto.
Desde sus primeras líneas, este trabajo se planteó como una conversación entre lo preexistente y lo nuevo. Cada elección, desde la paleta de materiales hasta la curvatura de un mueble, responde a una intención: respetar la esencia del espacio y potenciar a través del diseño.
Luz, materia y forma: una sinfonía sutil
La iluminación, cálida y estratégicamente dispuesta, se convierte en un recurso narrativo. No busca imponerse, sino acompañar. Destaca texturas, enmarca materiales y revela formas sin quitar protagonismo a la arquitectura.
El resultado es una atmósfera envolvente que invita a habitar el espacio con una nueva mirada.
Mobiliario que interpreta, no solo ocupa
Uno de los grandes aciertos del proyecto es el diseño del mobiliario a medida, concebido como una extensión conceptual de la arquitectura. Con terminaciones curvas que abstraen elementos estructurales del lugar, cada pieza aporta coherencia visual y emocional. Aquí, los muebles no solo llenan un espacio: lo interpretan, lo continúan y lo elevan.
Interiorismo con alma
Para Altuna Arquitectos, diseñar interiorismo es mucho más que decorar. Es crear atmósferas, contar historias y construir emociones a través de la luz, la forma y el detalle. Este proyecto es prueba de que cuando la arquitectura y el interiorismo trabajan en conjunto, el resultado trasciende lo visual: se convierte en una experiencia.